Cerraron una escuela en uno de los barrios más humildes de San Luis
"La inclusión educativa no se entiende si no se incluye en lo digital”, argumentaba hace unos años el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá al inaugurar la escuela digital en el Barrio 9 de Julio. Su fundación obedeció a la necesidad de formar jóvenes desde un entendimiento científico y tecnológico.
La semana pasada se dispuso el cierre de la Escuela Pública Digital (EPD) Colegio Nº 39 “Isaac Newton”, dependiente de la Universidad de la Punta (ULP), en la que se formaban más de 50 chicos de una de las zonas más sensibles de la capital puntana.
A juzgar por la reciente medida, en la “era” de las escuelas generativas, impulsadas por el actual gobernador, no hay lugar para las digitales.
El cierre va de la mano con el proceso de desguace de la Universidad de La Punta. Ya se eliminaron carreras y programas, se despidió personal y ahora se cierra una escuela.
Situada en el Barrio 9 de Julio, sobre la ex ruta 7 a Pescadores, el establecimiento representaba una respuesta pedagógica para los jóvenes que buscaban una alternativa de cara a los desafíos del futuro.
Fue fundada el 5 de abril del 2011. En una primera etapa inició sus clases en el campus de la ULP. Posteriormente tuvo su sede en el Instituto Tecnológico y para julio del mismo año se inauguró el edificio de Avenida Quinto Centenario, en el extremo oeste.
La propuesta se pensó para los alumnos de 4º, 5º y 6º de la secundaria, bregando por una currícula abocada con mayor énfasis en la ciencia y la tecnología.
Ahora la jefa del Programa Escuelas Digitales, Manuela Ferreyra, comunicó el cierre durante una reunión con docentes y especificó que la medida se basó en una “reestructuración” de la ULP definida por la rectora Alicia Bañuelos y la ministra de Educación, Paulina Calderón.
Una escuela a la vanguardia del mundo
Su programa se estructuró en un nivel más especializado hacia la ciencia. De hecho su nombre hace referencia al físico, matemático, teólogo, filósofo e inventor que marcó la historia del conocimiento con sus estudios sobre la ley de la gravitación universal y la mecánica clásica.
Sus alumnos cursaban las materias fundamentales por la mañana y en la tarde asistían a diversos talleres como teatro, música, pintura y ciencia. Es decir, se proyectaba la formación del alumno más allá de los conceptos básicos necesarios.
El día de la inauguración del edificio, Alicia Bañuelos, que en esa época también estaba a cargo de la ULP, señaló que la escuela era coherente con las demandas y que el Gobierno entiende “el fenómeno que vive el mundo”.
Se planteaba que estaba enmarcada en tres pilares. La calidad educativa, dado que estaba direccionada en normas internacionales y de la propia ULP, la educación personalizada y una importante base en tecnología y ciencia.
Incluso el mismo día se hizo alusión a la idea de que "la inclusión educativa no se entiende si no se incluye en lo digital”. Este concepto fue explicitado en el marco de una alternativa con la que contaba la institución referido a la educación para adultos.
Con el paso del tiempo fue adquiriendo reconocimiento. En diciembre del 2012 se celebró el primer egreso, donde 12 jóvenes recibieron sus diplomas.
“Las escuelas digitales tienen un sistema educativo distinto con una enseñanza personalizada, que genera fuertes vínculos entre docentes y alumnos en la formación de valores, esto también es educación”, se insistía desde el Gobierno.
Obtuvo reconocimientos en las ferias de ciencia, ajedrez y deporte.
Así se tenía cuenta la preponderancia de la “orientación en ciencias” y “la contención y el acompañamiento”.
“Asisten chicos que necesitan mucha contención, les enseñamos a ser independientes y que aprendan sobre los valores. Les brindamos una educación personalizada creando un vínculo de afecto”, expuso en su momento la ex coordinadora, Mariana Becerra.
En 2015 fue reconocida como “Escuela Mentora de Microsoft”, ganando así prestigio internacional y posicionándose entre las escuelas latinoamericanas caracterizadas por la innovación.
Microsoft Argentina se encargó de calificar el reconocimiento por la capacidad para superar obstáculos, desarrollar programas que podían servir como modelo inspirador para otros colegios del mundo y por la formación de alumnos anclada en los desafíos del siglo XXI, con el asesoramiento de tutores internacionales.
Fue distinguida por un jurado conformado por expertos. De este modo se consagró entre las 80 escuelas elegidas de 250 que se presentaron.
Más allá de las distinciones el colegio también se destacó por la innovación. En 2014 estrenó el boletín de calificaciones online con el que los tutores podían acceder a las notas y al seguimiento de la formación de los chicos.
Además su enfoque conceptual, como el de las demás EPD, sirvió como antesala a la implementación y priorización del uso de la tecnología en las aulas.
Una de las últimas iniciativas fue en julio del año pasado, cuando implementaron la huerta ecológica en el marco del plan Cultivando Nuestra Tierra.
La problemática por el futuro de los alumnos y docentes
Los estudiantes serían trasladados a la Escuela Autogestionada “Madre Teresa de Calcuta”.
Los docentes fueron informados sobre la finalización del contrato y les manifestaron que podrían ser llamados para cargos en “alguna escuela generativa en el futuro”.
“Los chicos están muy preocupados. Ellos eligieron un modelo educativo y ahora se lo interrumpen”, apuntó un familiar y señaló que "estamos en presencia, de otra muestra del Gobierno de Rodríguez Saá, de desprecio a la educación y al acceso al conocimiento".
En definitiva se cerró una de las escuelas digitales que no solo garantizaba educación sino que contenía a chicos de una de las zonas más necesitadas de San Luis.